publicidad

Bilbao

La historia de Bilbao, como ciudad, comienza a escribirse en el año 1300, cuando Diego López de Haro fundó la ciudad, y en 1301 cuando el Rey Fernando IV de Castilla concedió el título de Villa a la misma.
.
En este sentido hay que destacar que el Puerto de Bilbao, actualmente uno de los primeros de España, existía antes que la ciudad. No obstante, los primeros asentamientos de la zona datan de hace más de 2000 años, concretamente en la cima del Monte Malmasín.

Somera, Artekale y Barrenkale, son los nombres de las tres primeras calles de Bilbao, luego vinieron otras, y la ciudad y su puerto fueron creciendo desplazando a otros puertos de la zona, como el de Bermeo. Entre 1300, año de la fundación de la ciudad, y 1600 Bilbao comenzó un proceso de crecimiento que la hizo convertirse en la capital de la provincia vizcaina en el año 1602 –le arrebató el título a Bermeo-, Bilbao ya era grande como ciudad.


En el Siglo XVII toda Europa vivía una crisis económica de la que Bilbao se escapó por su industria minera, después las acereras también proliferaron en la ciudad, se crearon los primeros bancos, la bolsa de Bilbao… el Revolución Industrial en el Siglo XVIII hizo crecer la ciudad también durante el Siglo XIX, pese a los asedios de los carlistas a principios del Siglo XIX, asedios que no consiguieron su fin.

La historia del Siglo XX en Bilbao, la más reciente, tiene dos partes diferenciadas, la primera de prosperidad industrial y económica y la segunda, con la crisis de las industrias y el cambio de la ciudad, de industrial a cultural y ociosa. A principios del Siglo XX nacieron los astilleros, Altos Hornos, el Banco de Vizcaya, BBK…

En 1936, cuando estalló la Guerra Civil en España, la ciudad y la provincia se situó del lado de la Democracia frente a la dictadura, es decir, del lado republicano.




Después vino otra época de crecimiento, con Iberdrola, el Aeropuerto de Sondika, la mejora de comunicaciones, todo ello generó una riqueza que se empezó a quebrar en los 80, con la crisis industrial. Ello provocó un cambio en la ciudad, que viró su rumbo desde lo industrial a lo turístico y a lo cultural. El Museo Guggenheim, de 1997 es una buena prueba de ello.
.


Nosotros estuvimos hospedados en el Carlton, uno de los mejores hoteles de Bilbao por la variedad y calidad de los servicios. Se desarrollan aquí, con cierta frecuencia, los principales eventos empresariales y sociales de esta ciudad.

Estábamos de paso hacia Toulouse y dejamos descansar nuestro cuerpo, nuestro estómago y nuestro espíritu en esta ciudad tan peculiar. El hotel se diseñó en 1919 y es uno de los edificios más emblemáticos de Bilbao.

Fue sede del primer Gobierno Vasco y en sus habitaciones se han alojado personajes tan ilustres como Federico García Lorca y Albert Einstein. Situado en la Plaza Federico Moyúa, centro donde confluyen las calles comerciales más importantes del Ensanche Bilbaíno.

Llegamos a medio día y una vez dejadas las maletas en nuestra habitación fuimos paseando para cruzar la ría y recorrer el barrio viejo, al tiempo de buscar un restaurante de los que te dan bien de comer. (Os recomiendo la cafetería de Cruz Campo, detrás de la catedral).
... Nosotros, ese día, probamos un estupendo revuelto de verduras y dorada a la plancha. Una verdadera delicia.
El Casco Viejo de Bilbao, situado a la orilla de la ria del Nervión, está formado por sus pintorescas "Siete Calles" y repleto de monumentos históricos, que lo convierten en una de las zonas más populares de la ciudad.

Este casco antiguo goza de un gran ambiente tanto de día como de noche gracias a los innumerables comercios con los que cuenta y la gran oferta de hostelería. Es una inigualable mezcla de historia, belleza y amplia oferta cultural.

Fue declarado Monumento Histórico Artístico y rehabilitado tras las inundaciones de 1983, que lo dejaron gravemente dañado.

Está formado por numerosas construcciones renacentistas, barrocas, neoclásicas y modernistas, así como diversos comercios y establecimientos de hostelería, donde se puede degustar la mejor comida vasca.


.





Hoy no se puede pasar por esta ciudad, sin visitar el Museo Guggenheim Bilbao, obra del arquitecto americano Frank O. Gehry, ya que constituye un magnífico ejemplo de la arquitectura más vanguardista del siglo XX.

Este edificio representa en sí un hito arquitectónico por su diseño innovador y conforma un seductor telón de fondo para la exhibición de arte contemporáneo.

Además continuamente cambia su fisonomía exterior, ya sea por las nubes, como por el sol, la luna o las exposiciones temporales en su alrededor que le dan un aspecto continuamente cambiante y modernista.

Parte del edificio es cruzado por un puente elevado y el exterior está recubierto por placas de titanio y por una piedra caliza que fue muy difícil de encontrar (al final se logró encontrar en Andalucía) igual a la que se utilizó para construir la Universidad de Deusto.

.


El edificio visto desde el río aparenta tener la forma de un barco rindiendo homenaje a la ciudad portuaria en la que se inscribe. Sus paneles brillantes se asemejan a las escamas de un pez recordándonos las influencias de formas orgánicas presentes en muchos de los trabajos de Gehry.



.






Visto desde arriba, el edificio posee la forma de una flor. Para su diseño el equipo de Gehry utilizó intensamente simulaciones por ordenador de las estructuras necesarias para mantener el edificio, consiguiendo unas formas que hubieran sido imposibles de realizar unas pocas décadas antes.


Hace poco han pasado ya, diez años desde su inauguración y esta colección de imágenes es una bonita manera de rendir un homenaje a la reconstrucción y metamorfosis de esta parte de la ciudad de Bilbao, que ha sabido transformar el desorden portuario, la ruina y el metal oxidado por el arte y la vanguardia.
.
.



.



.



.



Es Una maravilla que hace de este rincón del País Vasco, algo sublime. Animaros a venir a Bilbao. Además sus gentes son amables y cariñosas 100 por 100.
.
Bilbao ya no es una urbe llena de humo de industrias sucias... Es una ciudad donde la lluvia y el tiempo, han limpiado con elegancia sus calles y sus rincones, haciendo de esta ciudad uno de los puntos que no debe perderse ningún viajero. ... y este edificio, como veis, hace de Bilbao una joya que la destaca entre todas las ciudades de Europa.

Espero poder volver con más tiempo, ya que un día no da para casi nada... Es necesario estar al menos una semana para poder visitar todos sus barrios, sentarse en muchos de sus cafés y restaurantes, probar su suculenta lista de platos, ... pasear por su ría y contemplar el mar acariciando su piel.

Ese "Cantábrico", que con su espuma limpia la cara de este rincón, dejando en esta ciudad un paisaje distinto cada mañana... pero conservando al tiempo en ella el mismo corazón emprendedor y abierto de sus gentes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojalá volváis pronto y disfrutéis de esta ciudad tan maravillosa.Gracias por tu aprecio,es una sensación muy halagadora leer vuestra experiencia en Bilbao.
Un abrazo.
una bilbainita.

Google