publicidad

Alcalá de Henares

Alcalá ciudad romana
Alcalá sultana y mora
Alcalá villa cristiana
De grandezas portadora
Alcalá universitaria
Cuna de ciencia y saber
Con su historia milenaria
Con sus torres por doquier


Como refiere este trocito de poema, Alcalá es una pequeña ciudad con una gran historia. Por su tierra han pasado generaciones de romanos, musulmanes, cristianos, reyes, obispos, científicos y escritores. Esta ciudad tiene monumentos de cada época, empezando por los romanos y terminando por el arte más actual en la zona de la Garena. En esta ciudad se estableció mi hermano Angel Luis con su familia, viviendo esta ciudad desde sus entrañas en este siglo XXI. Mis sobrinos Federico y Gasper son sus hijos que están creciendo como unos "complutenses" más y para mí, muy especiales. También en Alcalá de Henares vivió de jovencito mi tío Paco (último curtidor de la Alcarria) casado con mi "tía María" una de las hermanas de mi padre.. y de esa época me ha contado historias y recuerdos muy curiosos descriptivos de la ciudad en aquel entonces engambre de uniformes a caballo y cuarteles por todos los lados.
.
Esta ciudad, fue fundada sobre un valle regado por el río Henares por soldados fenicios de la famosa Guerra de Troya. Al principio su época más importante fue la romana, en la que la ciudad tomó el nombre de Complutum. Esta es la razón histórica por la que los ciudadanos de Alcalá se llaman complutenses. Es esta época se produjo el martirio de los Santos Niños cuyos restos se encuentran en la Magistral, el lugar donde se llevó a cabo su tortura y azote y que hoy corresponde a la Plaza del mismo nombre que estos niños santos. La casa de hippolytus también es de esta época romana y era un colegio para jóvenes complutenses y donde residían algunas de las familias más destacadas de Roma.
.
En la era musulmana la ciudad tomó el nombre de Alcalá de “Al-Kala-Nahar” que significa fortaleza o castillo sobre el Henares. Durante la Edad Media las tropas cristianas expulsaron a los árabes en el año 1118 y hasta el año 1812 la ciudad tuvo como dueño a la iglesia de Toledo por lo que los edificios que se alzan en esta época son principalmente religiosos. Del Renacimiento tenemos la Plaza Cervantes que era núcleo central y en el que tenía lugar el mercado semanal, corridas de toros y fiestas importantes.

.
El cardenal Cisneros fue un personaje muy destacado porque mandó construir la Universidad y fue, además, confesor de la reina Isabel la Católica. Este centro se inauguró en 1499 y dio a la humanidad algunos de los escritos con mayor renombre de las letras. Allí se entrega el Premio Cervantes todos los años por parte del Rey de España, uno de los galardones más prestigiosos de la literatura. Un edifico que no podéis dejar de ver es la Casa Cervantes, lugar donde nació el príncipe de las letras y padre de Don Quijote y Sancho panza. Se encuentra en medio de la Calle Mayor y es una casa típica del siglo de oro español. El Corral de Comedias y Las Bernardas, correspondientes al barroco, son de especial interés por su historia y belleza. Este último es más destacable porque en él existían, hasta hace muy poco, monjas de clausura que, durante la época del luteranismo, cantaban las misas sin poder ser vistas por los ciudadanos que achacaban este canto a los ángeles. Esto tenía cierto misterio y convencía a la gente de que la verdadera religión era la católica porque cada día en la iglesia vivían un milagro de fe (aunque más bien era teatro).
.
Hoy en día la ciudad de Alcalá es una ciudad de mucha importancia, uno de los muchos lugares de la Comunidad de Madrid nombrada Patrimonio de la Humanidad. La Universidad sigue siendo de gran trascendencia en el mundo y finalmente la gran estrella de la ciudad, la que apoya a muchísima gente cada año a venir a descubrir este magnífico lugar, su orgullo y alegría, es la maravillosa Escuela Internacional, donde cada año cientos de estudiantes aprenden a perfeccionar el idioma más hermoso en el país más encantador del mundo.


Esta historia la ha tenido porque la vega del río Henares es una zona privilegiada desde el punto de vista medio ambiental, y sus buenos recursos hídricos y naturales han facilitado, desde la época prehistórica, el asentamiento humano.

La presencia humana en los alrededores de la Alcalá se encuentra plenamente documentada especialmente desde el Calcolítico, con los típicos fondos de cabaña, encontrando continuidad en la edad del Bronce y la Edad del Hierro.

De este momento tenemos abundantes yacimientos en las vegas y en los cerros de la margen izquierda del Henares, especialmente en la zona del Ecce Homo.

Varios de estos asentamientos debieron tener una larga ocupación, contando con importantes construcciones de habitación y defensivas, que anuncian ya el complejo urbanismo que se desarrollará durante la Segunda Edad del Hierro.


En esta época podemos hablar ya de una asentamiento pre-urbano, bastante organizado, en la cima del cerro de San Juan del Viso.

Este núcleo poblacional indígena, encuadrado en la Carpetania ha sido denominado por la tradición con el nombre de Iplacea, ciudad mítica y literaria, supuestamente fundada por troyanos derrotados en la guerra contra los aqueos.


Esta urbe, ubicada en la vía de comunicación natural que ponía en contacto los valles del Ebro, Duero y Tajo, bien fortificada y que aprovechaba las defensas naturales que ofrecía San Juan del Viso, es la que encontrarían las tropas del Cónsul romano Catón que anduvo por el valle del Henares hacia el 195 a.C., o el Pretor Fulvio Nobilior que derrotó, hacia el 193 a.C., a una coalición de pueblos carpetanos junto al Río Tajo, posiblemente no muy lejos de Toledo.


Iplacea, Complutum, Al'Qual'at en Nah’ar, El Burgo de Santiuste, Alcalá de Henares, denominaciones para una ciudad que atesora un rico legado de más de 2000 años. Carpetanos, romanos, musulmanes, judíos, cristianos, han forjado a largo de veinte siglos la ciudad de Alcalá de Henares, dejando su impronta y su huella en suntuosas o humildes construcciones, en bellos rincones, calles y plazas que hoy podemos disfrutar.


Atesoramos singulares yacimientos arqueológicos, un excelente entramado urbano medieval que posibilitó la convivencia de tres culturas y tres religiones y sobre todo la perfecta Ciudad del Saber y Ciudad de Dios, que diseñada por la sabia mano del Cardenal Cisneros, nos permite disfrutar hoy de un conjunto único de soberbias construcciones del Renacimiento y el Barroco.

Esta excepcional riqueza proyecta a Alcalá de Henares en el siglo XXI, convertida en un gran referente turístico y cultural.


El intenso trabajo realizado por el Ayuntamiento de Alcalá en los últimos veinte años hace que hoy, la antigua Complutum, pueda ser considerada la capital cultural de la Comunidad de Madrid.

Este esfuerzo, que ha sido especialmente intenso a lo largo de 2005 en el que se celebraba el IV Centenario de la publicación de El Quijote, se ha visto refrendado con la presencia en la ciudad de más de 1.800.000 visitantes, cifra histórica que coloca a Alcalá en el lugar que le corresponde entre las grandes ciudades históricas y monumentales españolas.


El objetivo del Ayuntamiento de Alcalá de Henares se centra en la actualidad en recuperar y mantener el rico legado recibido, de modo que las generaciones venideras no sólo disfruten el patrimonio que nosotros heredamos de nuestros mayores, sino que éste se vea aumentado y mejorado.

Las intervenciones arqueológicas y la creación del Centro de Interpretación de la Ciudad Romana de Complutum, la rehabilitación del Conjunto Amurallado y el desarrollo del Centro de Interpretación de la Ciudad Medieval, la recuperación del antiguo Hospital medieval de Santa María la Rica y su próxima apertura como Museo José Caballero, la restauración de edificios históricos como la antigua Casa de los Lizana o el Convento de San Juan de la Penitencia, son una muestra de cómo el Consistorio Complutense, firmemente comprometido con la cultura y el patrimonio, trabaja por aumentar y mejorar nuestro legado cultural.

Mediante estas actuaciones conseguiremos que ciudadanos y visitantes puedan disfrutar plenamente de los 2000 años de historia que merecieron, en la cumbre celebrada en la localidad japonesa de Kioto, la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el dos de diciembre de 1998.

la ciudad de Alcalá de Henares, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en diciembre de 1998, inicia la lista de ciudades españolas de la misma índole.

No podía ser de otra forma, ya que esta célebre ciudad, cuna de Cervantes, reúne diferentes estratos de la historia cultural española. Llamada Complutum por los romanos y Al-kala-en-Nahr por los árabes, está ligada también a los nombres del Cardenal Cisneros, quien puso la primera piedra de la Universidad Complutense, a Francisco de Quevedo, quien fuera alumno de este centro de estudiosos y residió en el Colegio del Rey, actual sede del Instituto Cervantes, a Calderón de la Barca y a Mateo Alemán, entre otras muchas celebridades.

La relevancia de estas figuras clave de la cultura española podrá verse en las diferentes facetas de este viaje a través del tiempo que vamos a realizar a lo largo de la ciudad complutense.
Destacan aquí especialmente la íntima relación entre la historia de Alcalá de Henares y la evolución, enriquecimiento y proyección de la lengua española, así como la difusión del humanismo.

Esta labor se concreta en escritores como Miguel de Cervantes Saavedra y Mateo Alemán; en artífices como Alonso de Covarrubias; en cronistas como Francisco López de Gómara; en religiosos como San Ignacio de Loyola; o en eruditos como Antonio de Nebrija.

Probablemente, no haya otro municipio que contenga en la provincia de Madrid tantos y tan variados estratos de la historia cultural española.

A sólo treinta kilómetros de la capital, Alcalá de Henares se despliega sobre la curva del río Henares, que hace de ella una morada que suma la fertilidad a otros regocijos, en su mayoría derivados del pasado y de sus huellas más duraderas.

Llamada Complutum por fenicios y romanos y Al-kala-en-Nahr por los árabes, nadie duda de que esta villa quedó situada en la extremidad de varios momentos gloriosos.

Residencia de monarcas españoles, gobernada luego por el arzobispo de Toledo, Alcalá de Henares fue el escenario en 1498 de una memorable inauguración.

La primera piedra de la Universidad Complutense fue acomodada ese año por el Cardenal Cisneros, responsable de un diseño académico que aún hoy acredita su esplendor en toda una retahíla de colegios que añaden prestigio a cada rincón de la ciudad.

Y es que la vida universitaria y sus logros están enteramente ligados a la evolución de Alcalá de Henares, pese a la interrupción de esa línea en 1836, cuando la Universidad Complutense fue trasladada a Madrid.


No obstante, fiel al recuerdo que ha conservado la ciudad de todo ello, se ofrece al viajero un casco antiguo que, muy justamente, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1998.

Dejándole aún más espacio a la imaginación, ese entorno de palacios, iglesias e internados nos devuelve a los siglos XVI y XVII, reflejados en la memoria de las figuras que aquí vivieron.

Porque sería inevitable mencionar esa inmortalidad complutense sin la cita de Francisco de Quevedo, Mateo Alemán, Arias Montano, Calderón de la Barca, Juan Ginés de Sepúlveda, San Ignacio de Loyola, o Santo Tomás de Villanueva. Protagonistas todos ellos de un periodo cuyas posibilidades culturales han llenado cientos de volúmenes, y que nos hace comprender la importancia que la historia suele asignarle a esta villa.

No en vano, se trata de la cuna de Cervantes, convertida hoy en centro de muy nobles distracciones, tanto para quienes en ella viven como para quienes curiosean por sus calles, dispuestos a recibir un testimonio de maravillosa riqueza.


En cuanto a la ocupación cristiana de Alcalá hay un gran silencio en los textos tanto árabes como cristianos, estos últimos cuando enumeran las poblaciones ganadas por Alfonso VI en 1085, tras la caída de Toledo, no se cita a Alcalá, aunque se supone que debió entregarse junto a otras plazas principales del reino de Toledo, simplemente mediante órdenes, sin luchas y bajo las mismas condiciones de la capitulación.

Como prueba de ello aparece el hecho de que en noviembre de 1086 al ser nombrado arzobispo de Toledo Bernardo de Sedirac, se le asignan una serie de aldeas y pueblos entre las que se cuenta Lousolos, ubicado en la comarca alcalaína.


Otros autores opinan que Qal'al Abd al-Salam siguió en poder de los musulmanes. No obstante el período que resta hasta el 1118, fecha clara de conquista definitiva, es de expediciones y campañas de conquista por ambas partes, lo que nos muestra a Alcalá dentro de la zona de influencia mutua.


Entre 1108 y 1109 así como en el 1113 bajo la hegemonía almorávide en el al-Andalus, se revalorizará la posición musulmana de Alcalá, siendo ésta el centro desde el que se hostiliza a Toledo.

Esta posición acabará con el inicio de las crisis de los almorávides en 1.118 momento que es aprovechado por el arzobispo D. Bernardo para sitiar Alcalá, de la cual huyen definitivamente sus moradores musulmanes, acontecimiento recogido en los Anales Toledanos I.


De la reordenación y repoblación que Alfonso VI hizo en Alcalá, nada sabemos, pues su labor se debió perder al recaer de nuevo en poder musulmán.


El castillo siguió habitado, e incluso llegó a incrementar su población en un primer momento, pero la dificultad de vivir en él, hizo que surgiese un burgo al lado de la Iglesia de San Justo, en el valle, el cual, fue creciendo en detrimento del viejo núcleo urbano, al que le seguirían prestando atención los arzobispos de la mitra toledana hasta el siglo XV, funcionando durante su último siglo como fortaleza militar.


Este pequeño Burgo de San Justo, formado por mozárabes unidos en torno a la memoria de los Santos Niños, comenzó a desarrollarse desde finales del siglo XI.


Aparentemente en el siglo XII la villa, parece haber sido escasa su importancia militar y política, pues no será citada ni por al-Idrisi, ni en las crónicas cristinas de la época, salvo en Roma, en que se habla de su reconquista como empresa cristina.

Pero estos dos aspectos negativos se verán, en cambio, contrastados con el desarrollo urbanístico del nuevo núcleo, el crecimiento y la prosperidad que alcanzará; aspectos influenciados primero, por su emplazamiento ideal, en un cruce de caminos, junto a campos fértiles y numerosas fuentes; y, segundo, gracias a los privilegios que se concedían a aquellos que acudiesen a poblarla, sin tener en cuenta su raza o religión, como así se refleja en el conocido Fuero Viejo dictado por el arzobispo D. Raimundo en 1135.


El burgo, entonces, se irá articulando según las distintas localizaciones de los judíos, moros y cristianos los cuales se organizarán en microsociedades que se especializarán en diferentes actividades.

La población judía se estima que alcanzó los 6.000 habitantes, cifra que parece excesiva; el comercio será su labor.

Se situaron en lo que hoy es la calle Mayor y sus alrededores, la cual hoy responde a los patrones impuestos por sus organizadores: calle soportalada donde se instalaban las tiendas para las compras diarias, y que servirá como eje para el posterior desarrollo urbanístico. Como prueba de su actividad económica tenemos el dato de la concesión por parte de Alfonso VIII de la primera Feria anual, de diez días de duración después de la Pascua, que tendría lugar en el Coso, situado a las afueras, lugar donde además se celebrarán las fiestas medievales como justas, torneos, almuzara y bofordo.

Coso que tras la construcción de numerosos edificios en los siglos posteriores se cerrará y llegará hasta nosotros convertido en la Plaza de Cervantes.


Su importancia será tal que esta actividad fue principal en Alcalá hasta el siglo XV en que son expulsados sus promotores.

Su judería fue la mas numerosa después de la de Toledo.
La morería se situó al Norte de la judería separada por una calle ancha, próxima a las tierras cultivables, pues su actividad principal era la agricultura, propiciada por la riqueza de la tierra, así como por la abundancia de huertas de regadío, ya que crearán una red de abastecimiento de agua mediante minas o galerías subterráneas.

También se dedicarán a labores de alfarería y artesanas, colaboradores de la construcción, oficio en el que destacaron. Existía además un grupo desvinculado de los anteriores, dedicado a la carpintería que se reunieron en la zona llamada Almanxara.

La zona urbana que ocupaban, era compacta y abigarrada y contaba con una mezquita. Sus viviendas eran modestas y disponían de corrales y patios, espacios para aperos y animales.
La población cristiana se localizaría al sur y este de la judería en torno a la Iglesia de los Santos Niños.


En el siglo XII (hacia 1164) como prueba de la presencia de los representantes de la Iglesia se empieza a construir el palacio arzobispal, y tras las campañas devastadoras de las huestes almohades de Ya-qub al- Mansur, el prelado D. Rodrígo Jiménez de Rada, con la asistencia de Fernando III, durante los primeros años del siglo XIII, hizo, que se protegiese su palacio y villa señorial construyendo una muralla, por estas fechas se rehizo además la Iglesia de San Justo y nuevas casas arzobispales.


En el siglo XIII, año 1257, aparecerá por primera vez la designación de Alcalá de Henares, en un concilio provincial diferenciándola de Alcalá la Vieja, donde parece que aún quedan moradores.

El nombre con el que se conocerá su núcleo urbano son : Alcalá de Sant Yust, e incluso San Yuste, como aparece a finales del siglo XIII en la Primera Crónica General.


Durante la segunda mitad del siglo XIII se sucedieron en la silla primada de Toledo un total de seis prelados que se limitaron a disfrutar los beneficios de su dominio.


Se sucederán mercedes, fueros y ordenanzas para el Concejo y gobierno de los vecinos del ya muy abundante núcleo del último tercio del siglo XIII donde se ve a la calle mayor como arteria principal ' recta vía que duat maioritum erdinate'.
Durante el siglo XV la población seguirá desarrollándose, aunque con una progresiva restricción de los derechos que empiezan a soportar los judíos.

Alcalá seguirá gozando de creciente importancia celebrándose en su Palacio Arzobispal sucesivas e importantes asambleas, en 1348 las Cortes bajo Alfonso XI, promulgarán el famoso cuerpo jurídico del Ordenamiento de Alcalá, que derogó el Fuero juzgo visigodo y confiscó las Partidas de Alfonso X.


En la segunda mitad del siglo XIV y siendo prelado D. Pedro Tenorio continuará la importancia del vecindario que se correspondió con un paulatino incremento y mejora del caserío, perfeccionando sus edificaciones.

Muchas casas debieron elevar algunas plantas sobre las existentes y es ahora cuando los pies derechos de madera que formaban los soportales de la Calle Mayor se sustituyeron por otros de piedra. Se repara también el castillo islámico de Qal'at Abd al Salam.


De esta forma vemos que durante los florecientes siglos XIII y XIV la villa de Alcalá fue creciendo llegando con el tiempo a construirse un caserío extramuros a la primera muralla en el que no solo se encontraban barriadas de viviendas, sino también algún edificio religioso como el Convento Franciscano de San Diego (1449) y la Ermita de San Juan de los Caballeros. De esta forma parte del núcleo de la villa quedaba desprotegido.


Mediado el siglo XV, el arzobispo Alonso Carrillo de Acuña, posiblemente recordando los devastadores efectos del reciente ataque navarro de Juan I contra la villa de Alcalá que en esos momentos estaba débilmente amurallada (1445), manda fortificarla solidamente en previsión de futuros asaltos.


Es de suponer que además, dispuso trazar el perímetro de las murallas para limitar los avances del caserío con la finalidad de estructurar ordenadamente el núcleo urbano siguiendo un sentido semejante a los esquemas preconizados por los humanistas que habían introducido sus ideas en la corte Juan II. De esta forma la construcción respondería tanto a una cuestión defensiva como a un control ciudadano.


Sabemos que entre la construcción del primero (a principios del s. XIII) y del segundo (s.XV), el Arzobispo Tenorio replantea (restaurando parte de lo conservado y edificando nuevos tramos) la zona amurallada del Palacio Arzobispal en torno a 1390.


Pocos son los datos documentales y arqueológicos que tenemos sobre los dos recintos amurallados de Alcalá de Henares. Los únicos de los que disponemos corresponden casi en su totalidad a la zona arzobispal. Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que fue la zona más importante y por tanto mejor protegida de toda la villa. Excavaciones de 1.992 y 1999 sitúan sin embargo el lienzo de la segunda muralla por el lado Sur de la ciudad coincidiendo con la línea de casas al norte de la calle Pescadería.


Según algunos autores como Portilla, García Fernández o Castillo, consideran el inicio de la construcción del segundo recinto hacia 1454: se conserva el lienzo Norte y parte del Oeste del primero y se amplía la muralla hacia el Sur y el Este.
Aunque la fecha del comienzo de los trabajos no es totalmente segura (las fechas propuestas varían en 3 ó 4 años) sabemos con toda certeza que en 1.460 Alcalá ya estaba fortificada por la segunda muralla en su totalidad, constituyendo un núcleo militar y estratégico importante en uno de los turbulentos momentos durante el reinado de Felipe IV que llevó al país casi a la guerra civil ' se quiso conquistar la villa sin conseguirlo' (Palencia : crónica de Enrique IV).
En Alcalá como en el resto de las villas medievales amuralladas la afirmación defensiva exige el mantenimiento en buen estado y la reparación cuando sea necesario del símbolo material que le da nombre: la muralla con sus torres y sus puertas.
Para atender esa necesidad, el Concejo de Alcalá recurrió a repartir los gastos que ello ocasionaba con tributos entre la villa y tierra siendo ésta la que cargó con la parte más cuantiosa.


Ciñéndonos a las informaciones de las cuentas, es fácil observar cómo fue entre 1464-66 cuando más maravedíes se aplicaron a dicho menester equivaliendo a un 12-15 % de los gastos totales.
Este exceso de tributos para el pueblo alcalaíno y su comarca llevó a una serie de pleitos ya que, muchas veces, no podían pagarlo.


Hoy en día encontramos alguna documentación de pleitos que enfrentan a la villa y tierra de Alcalá por causa de esta financiación. Los legajos conservados se remontan incluso a antes de la construcción de la segunda muralla, por lo que podemos comprobar que el tema fue conflictivo desde la construcción del primer recinto.


Las fechas de estos manuscritos oscilan entre 1421-1424, cuando parece ponerse fín al largo litigio quedando sentado que....' los dichos maravedis, lo que más fuera mescerario de se repartir para la dicha lavor et reparo, ansi de la cerca et torres et cava de la dicha villa, commo de las puertas dellas, commo de barvacana, si se oviere de fazer, et se faga repartimiento dello entre villa et comun, segund uso et costumbre et segund el tenor de la dicha sentencia, conviene a saber, que page el dicho común et tierra las quatro partes et la dicha villa con sus anexos et propios la quarta parte'...


Así mismo, se hace mención ya en esta fecha a ....' las cercas et muros de la dicha villa, viejo et nuevo, et de los palacios, et cerca nueva et vieja de ellos, de la dicha villa ..'.
Creemos que se trataría de la reforma previa a la construcción de Carrillo que llevó a cabo el arzobispo Tenorio.


No es de extrañar después de haber visto lo gravoso que resultaba a la población alcalaína y de su comarca el mantenimiento de las murallas que cuando éstas dejaron de tener su carácter defensivo ya no se recaudaran estos tributos (s.XVI): ya no hacía falta mantener una ciudad defendida por murallas para que en caso de conflicto, las gentes de la comarca alcalaína tuvieran que refugiarse en la villa.


Si a esto unimos el natural crecimiento, y por tanto, extensión de la ciudad durante las centurias siguientes, es de entender el progresivo abandono, deterioro e incluso desmonte de la segunda cerca de Alcalá (aunque fue durante la segunda mitad del s. XVIII, bajo el arzobispado del cardenal Lorenzana, cuando realmente se comienza a desmontar como tal).


La única documentación escrita sobre el material utilizado para las construcciones de la murallas la encontramos de nuevo en uno de los legajos conservados pero no hacen ninguna mención sobre su trazado: '... ansi para cal et piedra et para los otros pertrechos, commo después a los maestros et peones et las otras cosas necesarias'...


La única documentación gráfica que encontramos sobre su trazado es un grabado del s. XVI (1565) donde se ve con bastante fiabilidad y precisión la Alcalá de esos momentos y donde aparece la muralla completa.


Alcalá de Henares, solidamente amurallada y por tanto lugar seguro, en el último cuarto de siglo, se convertirá en una villa de tránsito y con frecuencia lugar de estancia de grandes personajes. Por ella pasarán la mayoría de los reyes castellanos y según nos cuentan, fue aquí donde nacería Catalina, hija de los Reyes Católicos y futura esposa de Enrique VIII. Fue también en esta villa donde Isabel la Católica se entrevistó por primera vez con el enigmático Cristóbal Colón, el 20 de Enero de 1486.


Se levantará ahora la Plaza del Mercado, formada al levantarse edificios alrededor del antiguo Coso.


Alcalá de Henares es hoy un referente turístico de primer orden en España. La antigua Complutum Romana, cambió de nombre y emplazamiento cuando el Islam se impuso en la península, llamándose Al'Qual'at en Nah’ar, denominación que fijaría el nombre definitivo a nuestra ciudad. Tras la reconquista, realizada en 1118, la ciudad se convirtió en señorío y residencia habitual de los Arzobispos de Toledo, prelados que la mimaron y embellecieron a lo largo de los siglos.


Un Arzobispo de Toledo, Francisco Ximenez de Cisneros, fundó mediante bula de Alejandro VI en 1499, la Universidad de Alcalá, que convirtió a la vieja Compluto en el centro intelectual de la España de los siglos XVI y XVII, viviendo la ciudad en estas centurias su momento de máximo esplendor. La huella de aquella época dorada puede verse en nuestros días contemplando los antiguos colegios universitarios como El Mayor de San Ildefonso, Jesuitas, Dominicos, Trinitarios, Caracciolos, Basilios o el Colegio del Rey que no son más que unos ejemplos de los más de cincuenta colegios universitarios que se asentaron en la ciudad a lo largo de los siglos.


Recorriendo Alcalá podemos conocer sus 2000 años de historia, la romana casa de Hippolytus, la fortaleza islámica de Alcalá la Vieja, el recinto amurallado medieval, la iglesia Magistral Catedral, el Palacio Arzobispal, el Colegio Mayor de San Ildefonso, la Casa Natal de Cervantes, el Monasterio de San Bernardo, el Corral de Comedias, la Puerta de Madrid o el Palacio de Laredo son una pequeña muestra del rico patrimonio histórico artístico que pueden disfrutar hoy tanto alcalaínos como visitantes.

COLEGIO MAYOR DE SAN ILDEFONSO 1537 -1553
MONASTERIO DE SAN BERNARDO 1617.
CATEDRAL MAGISTRAL 1497 y 1514
PALACIO ARZOBISPAL siglo XIII .
ORATORIO DE SAN FELIPE NERI siglo XVII,
CAPILLA DEL OIDOR l siglo XV.
MUSEO CASA NATAL DE CERVANTES 1547.
TEATRO SALÓN CERVANTES 1888 .
CORRAL DE COMEDIAS 1601
CASA DE LA ENTREVISTA 1504. .
CALLE MAYOR siglo XIII
MUSEO DE ESCULTURAS AL AIRE LIBRE 1993,
COMPLUTUM. CASA DE HIPPOLYTUS siglo III,
MUSEO ARQUEOLÓGICO REGIONAL.
PALACIO DE LAREDO.siglo XIX
CRISTO DE LOS DOCTRINOS siglos XVI y XVII.
COLEGIOS UNIVERSITARIOS siglos XVI y XVII


No fueron pocas las órdenes religiosas femeninas que se asentaron en la ciudad a lo largo de los siglos. Fundaciones de obispos, canónigos o del mismo Cardenal Cisneros, convirtieron la presencia conventual en Alcalá en un elemento más definidor de su paisaje.

Conventos del siglo XVI como las Clarisas, Úrsulas, Dominicas de Santa Catalina o Carmelitas de la Imagen se mantienen en la ciudad en casas humildes pero de singular belleza, otros del siglo XVII como Claras, Juanas, Bernardas o Agustinas configuran bellas escenografías urbanísticas del más puro gusto barroco.

Recorrer las calles de Alcalá buscando las clausuras es un autentico placer que sorprenderá y llenará de satisfacción al más exigente visitante.

Estos y muchísimos más monumentos te asombrarán paseando por esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad.

No hay comentarios:

Google