publicidad

"El Rastro de Madrid"... lugar castizo 100 por 100.


Mi ciudad, cuna de mi existencia, de mis sueños, refugio de mi soledad,
desconcertada quedé de nuestro reencuentro,
no te eché de menos,... tu horizonte se me quedó pequeño,
mi ánima hambrienta apremiaba por conocer mundos nuevos.
Sueños que no ocultaban mis miedos.

Madrid me atraía, grandiosa ciudad, me fascinaba,
sería posible conocerla en tan solo cuatro días.
Como una vieja cortesana me absorbió, me conquistó y finalmente me enamoró.
Su cielo, sus gentes, una iglesia, un palacio, una vieja taberna...

Plaza mayor, corazón de la Villa, Casa de la Panadería,
el fuego por tres veces te consumió pero Villanueva al fin te reconstruyó.
Escenario de corridas de toros, procesiones, cadalso de la justicia civil,
mascaradas, bailes y verbenas, antaño mercado cotidiano,
bisutería, sedas y cáñamo, tejidos, tabernas y pastelerías
por varias generaciones su comercio transmitido.

Puerta del Sol ¿dónde está?
en realidad no la hay, punto de encuentro de todo Madrid
en algún momento del día,por ella tendrás que pasar.
Calle de Alcalá ...primero carretera, alquiler de coches, cuadras y mesones,
convertida en calle te vistieron teatros y teatrillos, viejos cafés desaparecidos
para ocupar su lugar bancos y prestigiosos edificios.

El Rastro, visita obligada,
mercado antiguo de cosas imposibles
sorpresas te llevarás,
y algo distinto a lo que pretendías comprar
al final acarrearás.


Envuelta en abrigo y sombrero gris, bufanda y mitones escarlata,
todo a juego, ...vanidad de una fémina, presumida y coqueta,
con verdes miradas me asomé a tus puertas y a tus entrañas,
calles bulliciosas, una visitante más, anónima mujer,
que quiere desaparecer entre el gentío.

Y a pesar de ello, me sentía en casa, como si siempre te hubiera conocido,
y mi cita contigo fuera un reencuentro largamente esperado,
razón tienen los que dicen... en Madrid nadie se siente extraño.

A las dos semanas volví, y fortalecida nuestra aventura de amor y pasión quedó.
Thyssen, Gauguin, El Prado, Cats y La venganza de Don Mendo,
escenarios variados para un corazón desesperado.
Escudriñar las pinceladas que Gauguin nos dejó
cantarle a la luna, a la vida y la muerte como solo los gatos pueden hacer,
reir, llorar...llorar de tanto reir sólo Raúl Sender lo puede conseguir.

Madrid... todo Madrid
un lugar para visitar,
un lugar para soñar
un lugar para amar,
un lugar para volver siempre la vista atrás.
.
@una turista anónima
.
"...Ante todo deciros que no soy madrileña, soy isleña, así que este poema es el fruto de mi viaje de hace de unas semanas, me enamoré de Madrid desde el primer momento, los que la conozcais ya me direis si se reconoce algo en estas líneas. Los que no la conozcais os invito a visitarla, lo pasé muy bien y siempre que pueda volveré, mil besos y que os guste ..."

Con este comentario dejado en la web, por una visitante enamorada de Madrid, ... espero que os sirva de prólogo para dar este paseo virtual por el Rastro de Madrid, que os propongo enseñaros ... Ponte las zapatillas más cómodas que tengas, no te olvides de coger una mochila, que no te falten unas monedas en el bolsillo... y ven.
.
Tomaremos una de las calles que te acerque al Palacio Real, desde allí enseguida comenzarás a saborear el Madrid antiguo y cruzando el viaducto llegaremos a las callejas de este rincón de Madrid, al que te invitamos a entrar en este reportaje...
.
De Madrid se pueden comentar muchísimas cosas, como habrás visto que esta turista amiga canta a esta ciudad, ... pero una ciudad se tiene que diferenciar de otras para ser ella... y en eso Madrid gana y con diferencia. Empezaremos a enseñaros Madrid, paseando por un lugar excepcionalmente mágico durante un domingo por la mañana. ... ese lugar se le llama "El Rastro".

... una mañana fresquita de diciembre Ricardo y yo, nos preparamos para dar una vuelta por este entorno tan singular y al tiempo conseguir un buen reportaje fotográfico para mostrarlo en este blog a todos vosotros.

De primeras, te aconsejamos de todas formas buscar un hueco para que vengas alguna vez a esta ciudad de Madrid, (vuelos tienes a miles... la terminal T4 de Barajas recibe a muchísimos viajeros de todo el mundo a diario)...


pero una vez que te zambuyas en esta ciudad, que descubras el Metro -como mejor medio de transporte para conocer la mayoría de sus barrios-, que te hayas paseado por sus parques y jardines (El Parque del Retiro no puede faltarte), que hayas tomado unos vinos o unas cervezas fresquitas con sus tapas de acompañamiento por el barrio viejo ( la plaza Mayor y algunos rincones del barrio de Los Austrias), que hayas comprado tus recuerdos por los almacenes del centro (la puerta del Sol, Gran Via, Opera y Palacio), que disfrutes del triángulo del arte (el Museo del Prado no puedes dejar de verle - en este museo trabajó mi padre hasta su jubilación, no tiene puesta una placa, pero cuando paseis acordaros de él , seguro que alguna puerta os abrirá y en muchos recodos de este museo todavía estará su impronta y su mirada)... ... , no te puedes perder, por último, al menos un paseo tranquilo por el bullicioso y castizo "rastro de Madrid" .

"El rastro" es uno de los paseos comerciales que son más emblemáticos desde siempre en el Madrid viejo…y además en él puedes encontrar prácticamente de todos los artículos más dispersos de toda la ciudad, donde se venden y cambian muchísimos objetos de coleccionismo, se hacen in situ muchos tipos de artesanía, se venden todo tipo de ropa y de curiosidades varias. ... y además es imposible que se puedan contar los pares de zapatos que se mueven por todos sus callejones y rincones.



Este rastro ocupa numerosas calles y tienes que pasearte, al menos, durante un par de horas para conocerlo.

En fin, es un reguero comercial que se distribuye durante la mañana de los domingos en torno a las vías que comprenden el triángulo de la calle de Toledo, la de Embajadores y la Ronda de Toledo. Muy poco ha cambiado su fisonomía en los últimos años, aunque quizá asome ahora el rasgo del oriental y de los emigrantes latinoamericanos recién llegados que, como en toda la capital, se han adueñado de las tiendas y las esquinas que encauzan el gran río dominguero y ofrecen en sus escaparates sus particulares gangas.

La regulación legal de este espacio ha supuesto la supresión de muchos oficios y así en algún tenderete se asoma un cartel que indica la disconformidad del dueño con el posible traslado de este mercado a otro entorno menos castizo.

La plaza del Cascorro es el brizo, la cuna del Rastro, el centro de todo este engambre y que se confirma un poco más abajo, en la Ribera de Curtidores. En esta calle principal con mil afluentes, a partir de las 13.00 horas, incluso un poco antes, la corriente de compradores y curiosos, que se mueve en todas direcciones, hace complicada la navegación.



Allí se mezclan sin orden ni concierto los puestos de artesanía y platos de porcelana con los de jeans, ropa nueva, manufacturada o la de ocasión. Si no fuera por la presencia de algún chulapo que vende barquillo por 90 céntimos de euro la pieza y alguna anciana organillera, te mueve rítmicamente su manivela dejando pasar los ecos de ese melodioso aparato tan madrileño, “el organillo”… y así que en esta ribera apenas se diferencia de cualquier otro mercadillo menos añejo que éste… de alguna que otra ciudad europea.. pero como el Rastro de Madrid… muy pocos verás con esta historia.


Es difícil imaginar hoy, bajo la calle asfaltada y el revuelo de los domingos, el rastro rojo de sangre que desaguaba desde el matadero formando esta ribera, donde se colocaban los curtidores para trabajar las pieles de los animales.



En la calle de Fray Ceferino González todavía quedan restos de aquello que fue el centro neurálgico de la venta de animales.

Las jaulas hoy vacías, o con algún periquito perdido en su interior, apenas recuerdan el tráfico de ésta y otras especies que, como los hurones, se ofrecían años atrás.



Hacia la derecha del punto de referencia, que es siempre la consabida Ribera de Curtidores, uno desemboca en la plaza del General Vara del Rey, en cuyo centro brillan desde lejos los minerales. Puestos de piedras de coleccionismo, se mezclan desordenadamente con plantas y relojes de muñeca.

En la plaza del Campillo del Mundo Nuevo, se huele el intercambio del papel antiguo de los libros y los tebeos. Es el rincón preferido por los niños, que buscan completar las colecciones de la Liga.En cuanto a la numismática, hace tiempo se alejó de este rincón bullicioso y algo alocado de la capital para buscar el sosiego de la Plaza Mayor.



Para conocer bien aquel mercado tan especial, no hay más remedio que serpentear por las callejuelas que recogen las riadas de puestos.

Una de las tradicionales, la calle de Mira el río baja, rellena las aceras con utensilios antiguos que huelen a trastero y a desván. Una maleta atada con cuerdas espera al lado de una bicicleta de principios del siglo pasado. Un hombre vende relojes de correa. En la calle de Carlos Arniches, que se parece más a lo que ha sido el Rastro, cuando anticuarios y artesanos deshacían sus hogares para vender muebles y enseres, se ven objetos que llevan más de 20 años esperando una venta. El puesto donde liman llaves o el de Antonio Vaca, un anciano cordobés que ha llenado su vida confeccionando redes de pesca.

La de San Cayetano es una callejuela angosta donde el colorido de los paisajes en los cuadros arropa como puede al gris de la acera. Colocadas una detrás de otra, sin más orden que la ubicación de las pinturas, las obras se confunden y a veces cambian de autor en la mente del paseante.

El nombre de este singular sitio viene del lugar donde se matan las reses y del Rastro de sangre que dejan estas cuando son arrastradas de un lugar a otro del matadero. En este lugar de Madrid se ubicaba el matadero y en su entorno estaban las tenerías donde se aprovechaban las pieles para su curtido, de esta actividad sale el apelativo de su principal arteria la Ribera de Curtidores.



A lo largo de su historia la extensión del Rastro de la Villa y Corte ha ido cambiando, en la actualidad y desde las últimas ordenaciones urbanísticas municipales, su perímetro engloba una gran manzana casi triangular delimitada por tres grandes vías, la Calle de Toledo, la Calle de Embajadores y la Ronda de Toledo.

Para mayor abundamiento, la actividad del Rastro únicamente se autorizará en Domingos y Festivos, desarrollándose en las calles o plazas citadas, pero que viene bien repetirlas, para que vayan quedando en nuestra memoria… y así van tomando su impronta con esos nombres tan castizos, tales como la Plaza de Cascorro, entre calle de San Millán y Ribera de Curtidores y entre calle Embajadores hasta la esquina con calle Encomienda; calles de la Ribera de Curtidores, Amazonas, Plaza de General Vara del Rey, Rodrigo de Guevara, Mira el Río Alta, entre las de Carlos Arniches y Bastero; Carnero, entre las de Ribera de Curtidores y Mira el Río Baja; Callejón del Mellizo, calles de Carlos Arniches, Mira el Río Baja, San Cayetano, desde el número 4 hasta Ribera de Curtidores; Fray Ceferino González. hasta los números 9 y 10 ambos inclusive; Mira el Sol, entre Plaza del Campillo del Mundo Nuevo y calle Ribera de Curtidores; Ronda de Toledo, desde Colegio Público Santa María 193 metros lineales en la acera de los impares; Plaza del Campillo del Mundo Nuevo, C/ Ribera de Curtidores y C/ Maldonadas en la acera de los impares.



El Rastro de Madrid por tanto es un lugar de compras que un viajero no debería dejar de visitar no sólo por las cosas curiosas que se pueden adquirir allí, sino por la amplitud de calles y puestos que componen el Rastro. Se pueden encontrar de todo, pero las antigüedades, las ventas de segunda mano, los libros antiguos, y hasta los componentes electrónicos, la ropa y todo tipo de colecciones, como hemos comentado… están siempre dispuestas y expuestas… es decir, podremos encontrar las cosas más curiosas y más antiguas que no se esperan localizar normalmente en la época en la que vivimos.



Conviene ir temprano por la mañana, para evitar las aglomeraciones que se forman sobre el mediodía. Sobre las 14,00 Horas muchos de los puestos empiezan a recoger. El resto de días se pueden visitar los comercios en él establecidos de Antigüedades, Almonedas, Librerías, Bares típicos, Retales de telas, Ropa, Calzado, Ferreterías, Grow Shop, Películas XXX, Venta de Mascotas, Restauradores, etc.

la forma fácil de llegar es en el metro, a La Puerta de Toledo y/o La Latina.

El lugar más emblemático del Rastro es por supuesto, la plaza de Cascorro, ubicada en uno de los sitios más castizos de Madrid que en primer momento fue dedicada al insigne Don Nicolás Salmerón, pero la estatua de Eloy Gonzalo, en memoria de este héroe popular de la guerra de Cuba, se erigió en la figura central de la plaza y se apoderó del apelativo. Por una vez un soldado sin galones adquiría protagonismo.

Son también de destacar en este entorno las Galerías Piquér, en la Ribera de Curtidores y el Centro Puerta Toledo en la Puerta de Toledo; en ambos lugares se concentran tiendas dedicadas a las antigüedades.



Hay que acordarse de donde proviene ese nombre tan castizo de “el rastro”… y se le llamaba así a este lugar, porque antaño se ubicaban varias curtidurías en torno a la calle de la Ribera de Curtidores a proximidad del matadero que se encontraba en la ribera del Río Manzanares, por lo que al transportar arrastrando las reses ya muertas con sus pieles desde el matadero hasta las curtidurías, se dejaba un rastro de sangre .

Este termino también significaba “las afueras“ donde alcanzaba la jurisdicción de los alcaldes de la corte. También se extiende una oscura leyenda por la cual el nombre de "el rastro" no sólo procede del rastro de sangre que dejaban las reses ya muertas, si no que los madrileños otorgaban a "el rastro" un doble sentido, más oscuro, este no era otro que el rastro que dejaba la sangre de los condenados al garrote vil y que eran ejecutados a la vista de todos en este lugar.

Para el escritor alemán Hans Magnus Enzensberger el rastro es la última frontera de Europa con África , constatando la diversidad de personas de diferentes países y etnias que afluyen en busca de curiosidades y gangas, hacer turismo, degustar la Gastronomía de Madrid o simplemente pasearse. Tradicionalmente, la actividad comercial se centra en artículos que no se comercializan en los mercados y establecimientos clásicos como mercancías viejas y extrañas, rarezas y objetos diversos.



A medida que se acerca el mediodía la gente suele acercarse a los bares que hay en los extremos y en torno a la Plaza de Cascorro y toma allí un chato de vino acompañado de alguna tapa que puede ser: unas sardinas a la parrilla, o unas berenjenas en vinagre junto con una caña ... la oferta es diversa. En este momento el rastro empieza a bajar en número de gente y va disolviéndose poco a poco hasta que a las 15.00 o 16.00 (depende de si es invierno o verano) ya no hay casi puestos.



Existen como hemos comentado, calles y plazas que por tradición, o por la congregación de puestos especializados, se centran en ofrecer un tipo de producto en particular y son de destacar las siguientes:

La calle Fray Ceferino González es conocida por la de los Pájaros debido a la venta antiguamente ambulante de animales de compañía y de aves o de artículos para su cuidado.

La calle de San Cayetano, conocida también por la de los Pintores por sus locales no ambulantes destinados a la venta de óleos e ilustraciones o artículos para la práctica del dibujo y la pintura
La calle de Rodas y las plazas del General Vara del Rey (antigua del escritor Antonio Zozaya) y de Campillo del Mundo Nuevo: todas ellas especializadas en la compra venta de revistas y cromos o estampas, donde es frecuente ver a niños intercambiándolos por la zona.
La plaza del General Vara del Rey, además, ofrece gran cantidad de puestos de ropa de segunda mano.


Las calles del Carnero y la de Carlos Arniches, donde los bouquinistas ofrecen libros de viejo, ocasión o de colección. Puestos temporales de libros (nuevos, de ocasión o para coleccionistas) se instalan también en el amplio Campillo del Mundo Nuevo.
La Plaza de Cascorro, especializada en la venta de ropa underground y accesorios.

Este sitio tan emblemático, lógicamente ha pasado a ser también protagonistas de cuadros, de novelas y de canciones, así….el escritor Ramón Gómez de la Serna sintió interés por el madrileñismo castizo y encontró una forma de renovar el costumbrismo que se había utilizado en su descripción en la metáfora del mercadillo de Madrid, al que dedicó su libro El Rastro, donde los objetos infortunados y abandonados son salvados por su evocación lírica.


El escritor y periodista Pedro de Répide escribe una novela denominada "Del Rastro a Maravillas". ..El cantante Patxi Andión hizo famosa una canción en los 70 sobre el rastro de Madrid, con el estribillo: Una dos y tres una dos y tres lo que usted no quiera para el rastro es.

El cantante denominado El Fary en sus tiempos iniciales una vez grabados y editados los discos, él mismo los vendía en el Rastro de Madrid.
La cantante Olvido Gara conocida por el nombre artístico de Alaska frecuenta y congrega gente en sus inicios de su carrera en El Rastro madrileño, en lo que se llamaba el rollo (y más tarde se rebautizaría como la movida).




El Cantante Español Joaquín Sabina menciona a El Rastro en canciones como "Con la frente marchita" de su álbum Mentiras Piadosas y también en su canción "Dieguitos y Mafaldas".
Uno de los detalles que diferencia al Rastro de Madrid, de otros mercadillos, es la presencia de algún chulapo vendiendo barquillos … y miles de turistas de todas las razas y lenguas repoblando cualquier esquina… Se dice que de Madrid al cielo… pero si estás en el rastro, lo que realmente ves , es todo un universo.

Acércate.

2 comentarios:

iris dijo...

Hola José María

Te felicito por esta web sobre el Rastro de Madrid, muy personal y muy bonita.
He luchado en reuniones con Munimadrid para defender este mercado tan antiguo durante dos meses y medio del año 2004 y se consiguió salvarlo de un desplazamiento a las afueras y remodelación. Mi web http://www.elrastro.org subió a la red a principios de julio del mismo año. Durante mucho tiempo, no había mucha información sobre el Rastro en Internet y veo que cada día hay más interés por el mercado aunque el Ayuntamiento no cumplió sus promesas de sortear las plazas libres.

Enhorabuena por tu trabajo.
Anne Barcat

Ana dijo...

Me gustaría solicitarte permiso para utilizar alguna foto de El Rastro de tu web, podrías decirme si tienes inconveniente, por favor?
Gracias!

Google